Las cartas de menú de los restaurantes no son ajenas a las modas. Hay pescados que se ponen de moda y que de repente todo el mundo quiere consumir y recetas que pasan a ser consideradas viejunas y anticuadas. Por ejemplo, los cócteles de gambas que antes se tomaban en todas las bodas y celebraciones de prestigio, hoy se consideran de dudoso gusto ya que se trata de un plato pasado de moda.
Pero si hay un pescado que sigue siendo tendencia siempre, este es el rape. Por su calidad y por su sabor es imposible que pase de moda, aunque se cambien las maneras de prepararlo y se añadan nuevas recetas a las que han triunfado desde siempre, como el rape en salsa clásico. Y esto, a pesar de que se trata de un tipo de pescado cada vez más escaso y caro y que, además, en muchos lugares nos venden especies similares en apariencia como rape, pero que no tienen su sabor ni su calidad.
Una manera de garantizar que siempre habrá rape en la carta es recurriendo al rape congelado para hosteleria. Es la mejor de las opciones para el restaurante y también para el cliente. Para empezar, no se encontrarán con la desagradable sorpresa de que acuden a un restaurante para disfrutar del rape con esa receta especial con el que lo cocinan en ese sitio, pero no lo hay porque ese día no estaba disponible en el mercado. Pero, además, porque el precio será estable y tampoco habrá sustos cuando se vea el precio en la carta, que puede ser muy diferente al que figuraba una semana antes cuando se trata de producto fresco.
El rape congelado tiene el sabor y la calidad del fresco, pero está siempre disponible y a un precio más competitivo. Por eso, la mayoría de los establecimientos recurren a este tipo de producto que también es frecuente en los hogares. Para casa encontramos incluso presentaciones ya listas para cocinarse, como bocaditos, buñuelos etc. Pero es preferible comprar el rape y prepararlo para no pagar a precio de oro simples rebozados que, a veces, esconden muy poca cantidad de pescado.
Una de las claves para que el pescado congelado no pierda calidad es no tenerlo excesivo tiempo en el congelador, especialmente en el de casa, y descongelarlo de manera lenta dentro de la nevera.